Abordemos el concepto de educación primeramente. Martínez Dunstan lo afronta desde la etimología, proviene “fonética y morfológicamente, de educare (conducir, guiar, orientar), semánticamente recoge la versión de educere (hacer salir, extraer, dar a luz). Esto permite la coexistencia de los dos modelos conceptuales básicos: 1. directivo o de intervención y 2. de extracción o desarrollo. En la actualidad se conceptualiza un tercer modelo ecléctico.
Sarramona cita a Mialaret quien señala tres significados generales:
1. Hablar de educación supones muchas veces referirse a una institución social
2. También se emplea la palabra educación para designar el resultado o producto de una acción.
3. Se refiere al proceso que relaciona de manera prevista o imprevista a dos o más seres humanos y los pones en situación de intercambio y de influencias recíprocas.
De acuerdo a cómo se relacionan los dos involucrados principales, educando – educador, se manifiestan las diferentes modalidades de educación.
La educación es intencional y sistémica. Formal, no formal e informal. Se le puede considerar un sistema dentro del sistema social. Tomamos al sistema como un conjunto de elementos relacionados entre sí que persiguen un fin común. De la interrelación de sus elementos surge un producto.
Este proceso único, para el cual se deben establecer objetivos y entablar una coordinación intensa entre las diversas partes, ya complicado de por sí, lo es más en el caso de la educación dado las múltiples variables que entran en juego: sociológicas, culturales, económicas, materiales.
miércoles, 29 de julio de 2009
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